¿Cómo Dejar De Comer Mal?: Tips Para Una Alimentación Saludable

No comas de todo

Durante años hemos creído que al ingerir cada tipo de alimento posible estamos comiendo bien. Esto porque al hacerlo estamos recibiendo todos los nutrientes que existen. Sin embargo, se trata de un grave error.

Comer de todo no es sinónimo de comer sano. De hecho, de acuerdo con tus propias características fisiológicas puede que te convenga evadir ciertos alimentos. Pero al menos para empezar debes sacarte esa idea de la cabeza, y alimentarte moderadamente.

Modera el consumo de carne roja

La carne roja, mas allá de su exquisito sabor, no es un elemento que ayude demasiado a la nutrición. Diversas investigaciones la asocian con el padecimiento de cáncer colorrectal. Y al día de hoy se sigue analizándola para encontrar otros efectos perjudiciales.

Con todo eso sobre la mesa, se vuelve evidente la necesidad de regular su consumo. No hablamos de descartarla por completo, sino solo de limitarla a casos especiales. Con una vez por semana sería suficiente.

Otra de los tips para una alimentación saludable, es sustituir la carne roja por otros tipos de carne. Para ello cuentas con el pescado y el pollo como principales alternativas. Su riqueza nutritiva es similar, así que no estarías perdiendo ningún componente.

Haz una lista balanceada y síguela

Se ha comprobado que cuando compramos un alimento es inevitable que lo consumamos en algún momento. Estamos psicológicamente condicionados para ello. Esa conducta nos acarrea el problema de consumir algo que puede estropear nuestra nutrición.

En ese sentido, la solución eficaz es hacer de antemano una lista bien estricta. Y por supuesto, seguirla al pie de la letra. Deja fuera de ella todos los alimentos que sepas que no te convienen, y no los compres. Encárgate de procurarte solo aquellos que tengan un impacto positivo en ti.

Omite cualquier dieta no comprobada científicamente

En la actualidad, con el auge de Internet, es normal encontrar por todos lados un sinfín de dietas que prometen milagros. Su tono esperanzador suele cautivar a muchos. El problema es que en la mayoría de los casos carecen de un aval científico.

Una dieta que no ha sido rigurosamente comprobada carece de garantía de éxito. Peor todavía, puede ocurrir que te acarree consecuencias negativas en función de tu organismo. Y es que estas dietas milagrosas se presentan como aptas para el público general, sin considerar las particularidades de cada persona. 

Existe otro punto bastante preocupante. Una dieta de esa naturaleza tiende a entorpecer la relación entre el individuo y la comida. Ya sea que le prohíba muchos alimentos sin justificación o que incluso lo obligue a ayunar, el efecto es el mismo.

Olvida los alimentos especiales

Mucho antes de la llegada de Internet ya existían los alimentos especiales, muy parecidos a las dietas milagrosas. Estos alimentos venían supuestamente con propiedades tales que podrían hacer adelgazar a cualquiera sin usar ningún otro método.

En resumen, se aseguraba que al ingerir uno era innecesario ejercitarse o sostener un ritmo saludable de vida. Todo lo hacía el alimento en cuestión. Aunque tras todas las afirmaciones nunca había un asidero científico que las respaldara.

A esa tendencia de los alimentos especiales se le conoce como “efecto talismán”, dado su mística presentación. Debes cuidarte de ellos a toda costa. No solamente porque son un engaño, sino porque pueden generar problemas como anemia, anorexia, ansiedad, entre otros males.

Incluye los productos integrales

Otro de los tips para una alimentación saludable  es consumir productos integrales. Si bien los productos integrales no son una maravilla, sí que pueden ayudarte bastante. Son muy ricos en fibra y asimismo alimentan las bacterias que mantienen tus defensas. 

Lo que sí es menester tomar en cuenta es que revises bien las etiquetas. Hay productos parcialmente integrales y otros que lo son por completo. Compra tan solo aquellos que pertenezcan a ese segundo grupo.

Aprovecha las frutas y verduras

No es un secreto que para muchas personas resulta poco llamativo el consumo de verduras. Con las frutas no sucede lo mismo, ya que su sabor suele convencer mucho más. En todo caso, ambas son necesarias para conseguir una nutrición correcta.

La explicación tras ello guarda relación con su contenido. Las verduras y las frutas son ricas en muchos antioxidantes y nutrientes distintos. Consumir el mayor número posible permite un balance perfecto. Tradicionalmente se las agrupa según su color:

• Naranja y amarillo. Las frutas y verduras de este grupo tienen un gran número de antioxidantes. Sirven para mejorar la memoria y reforzar las defensas. 
• Blanco. En este grupo están aquellas ricas en antioxidantes y potasio al mismo tiempo. Sus beneficios derivan de sus propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas.
• Verde. Aquí encontraremos principalmente verduras, aunque hay algunas frutas también. Contienen grandes cantidades de vitamina C y B9, con lo cual son estupendas contra las inflamaciones.
• Morado y rojo. En este último grupo hay verduras y frutas con un gran efecto en la protección cardiovascular.

Un consumo balanceado de todos los grupos descritos tendrá un impacto sumamente positivo en tu cuerpo. Este se hallará en un óptimo estado, y por lo tanto la nutrición será más sencilla.

Regula el azúcar

En la sociedad moderna muchos de los alimentos que compramos vienen con azúcar incluido. De allí ha surgido una costumbre cada vez más grande en el paladar humano a su sabor. Y por extensión, el organismo lo exige siempre.

El detalle con el azúcar es que tiene muchas desventajas. Está asociado con el riesgo de diabetes primordialmente, pero algunos estudios sugieren una relación con el Alzheimer. Sea como sea, hay que evitar su consumo excesivo.

Sin embargo, con una costumbre tan arraigada suena difícil deshacerse del azúcar. Por suerte, la clave está en reducirla de modo progresivo. Si lo añades a tu café, divide la cantidad a la mitad. Haz lo mismo con todos los otros alimentos, e irás notando el cambio.